Bermeo es una villa pesquera de Vizcaya en la que, además de disfrutar de la historia, del mar y de la gastronomía, te sentirás como en casa. Y es que el ambiente es justamente ese, el de un lugar en el que las tradiciones están tan arraigadas que rápidamente te envuelven para que pronto sientas como propias algunas de las costumbres del lugar, como sentarte al sol en el parque de Lamera, irte de pintxos por lo viejo o darte un chapuzón en la cala de Aritzatxu. Pero que no te engañe la apariencia de pequeño pueblo marinero; aquí los planes surgen en cada esquina. Si te apetece moverte por los alrededores, la cosa mejora todavía más, ya que podrás recorrer escenarios tan espectaculares como el de la ermita de San Juan de Gaztelugatxe o la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Y, si quieres reponer energías después de un día de no parar, recuerda que estás en un pueblo pesquero del País Vasco, por lo que los pescados, mariscos y demás manjares no te van a faltar.

En esta zona del norte de España nunca hace demasiado frío ni demasiado calor, aunque las temperaturas son más agradables desde finales de primavera hasta los meses de septiembre y octubre. En verano suele venir más gente, por lo que encontrarás un pueblo muy concurrido y con mucha vida. La primavera y el otoño son buenas opciones si prefieres un poco más de tranquilidad y, a la vez, disfrutar de los entornos naturales en todo su esplendor. Las lluvias, algo más frecuentes que en otras partes de España, ayudan a que en estas estaciones proliferen las setas, algo de lo que podrás dar buena cuenta si te gustan los platos con esta delicia. Y, si quieres buscar casa rural en Bermeo para el invierno, también es una opción muy interesante, sobre todo para planes familiares o en grupo, ya que ofrece un montón de opciones accesibles en el propio pueblo y los alrededores.

Dar un paseo por el puerto viejo

Este puerto llegó a ser uno de los más importantes de todo el País Vasco y, aunque ya no tenga tanta relevancia, la imagen de las casas coloridas y la cantidad de barcas que recalan en sus aguas crean una estampa memorable que puedes culminar adentrándote en el bonito casco histórico para visitar zonas como la plaza de Sabino Arana o la Puerta de San Juan.

Contemplar el atardecer desde el faro Matxitxako

Uno de los planes que siempre se recomiendan en Bermeo es ir a San Juan de Gaztelugatxe, pero, para hacer ese trayecto aún más especial, a la vuelta puedes hacer una parada en el faro. Lo ideal sería que coincidiera con la puesta de sol, lo que te dará unas vistas de San Juan impresionantes. Y, si no hay demasiada bruma, ¡desde allí se puede avistar hasta la costa francesa!

Tomar unos pintxos frente al mar

La parte del puerto viejo no es la única que tiene bares y tascas para comer o tomar unas rabas con unos vinos, pero sí es la más carismática por asomarse al mar. Además, desde aquí puedes caminar por el rompeolas para bajar la comida y seguir después con tu ruta por Bermeo y alrededores.