Alquileres vacacionales en León

León es toda una clase de historia, arquitectura y arte. Aquí te puedes encontrar desde ruinas romanas hasta construcciones contemporáneas como las del Musac, ¡e incluso un edificio de Gaudí! Eso sí, mientras pateas sus calles, guarda tiempo para repostar y tomarte unas caña o unos vinos, famosos porque aquí vienen con tapa. Su conocidísima catedral gótica afrancesada (pero sobre todo sus vidrieras, que hay que visitar cuando hace sol) te dejará con la boca abierta. Rodéala y pasea junto a sus murallas centenarias hasta la plaza de San Isidoro y uno de los tesoros leoneses del románico: la Colegiata y sus frescos. Y sal de la ciudad, porque afuera te espera una naturaleza salvaje: montañas escarpadas con nieves perpetuas, densos hayedos y grandes lagos que cobijan cientos de especies de animales silvestres.

En León hace bastante frío, y las nevadas son frecuentes, 16 al año de media, aunque no duran demasiado. Aunque en otoño e invierno el frío es seco, puede bajar de los 0 grados con facilidad. El verano no es tan caluroso, con temperaturas máximas que rondan los 27 grados. Durante la primavera, el tiempo es más agradable, pero llueve más. Si eres de los que con un buen abrigo no le tienen miedo al frío, el invierno y el otoño son una buena época para venir. Y, si ni con esas te atreves con el frío leonés, deja tu visita para el verano o la primavera. ¡Ojo con julio y agosto! El calor puede apretar durante el día, así que, si encuentras una casa rural con piscina, mejor que mejor.

La Casa Botines y el Palacio de los Guzmanes

La primera es una de las pocas obras que Antonio Gaudí creó fuera de Cataluña. De su época neogótica, de lejos tiene el aspecto de un castillo de cuento, pero hace falta acercarse para apreciar los detalles. No muy lejos está el Palacio de los Guzmanes, una de las familias más poderosas e influyentes. Allí descubrirás un patio interior que es una auténtica joya de arcos y galerías.

De tapas por el barrio Húmedo

¿Que por qué se llama el barrio Húmedo? «Hay en León tabernas tantas que su número me espanta», dice la coplilla, así que ya puedes ir atando cabos. Tómate una cerveza o una copa de Prieto, Picudo o Mencía mientras esperas que te traigan el picadillo de chorizo, la menestra o una sabrosísima morcilla leonesa.

Tesoros naturales de León

A un par de horas de la ciudad, tienes Las Médulas, con sus paisajes de otro planeta. Antiguamente, fueron unas minas romanas de oro que se extraía con la fuerza del agua. Y, a solo una hora, encontrarás Babia y sus miradores, un lugar conocido como «los Alpes leoneses». Al recorrerlo entenderás por qué nos gusta tanto «estar en Babia».