Alquileres vacacionales en Cracovia

Cracovia es una de las ciudades más importantes y bonitas de Polonia. Lo más conocido es su casco histórico medieval y renacentista, que se salvó casi por completo de la destrucción de la II Guerra Mundial. Si te adentras por sus callejuelas, no te pierdas la calle Kanonicza, una de las más pintorescas y mejor conservadas. Además, esta ciudad respira cultura por los cuatro costados y fue el hogar de grandes artistas como el escritor Stanislaw Lem. Si te quedas unos días, muy cerca de Cracovia podrás visitar otros lugares con mucha historia, como las impresionantes minas de sal de Wieliczka, con 300 kilómetros de galerías y más de 2000 cámaras plagadas de esculturas de sal a más de cien metros de profundidad, o el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.

Si quieres venir a Cracovia, los mejores meses son desde mayo hasta septiembre. En estas fechas, las temperaturas son cómodas, con máximas rondan entre los 20 y los 25 ºC y las mínimas que no bajan de los 10, pero ten en cuenta que en verano también llueve bastante. Si llegas en invierno, trae ropa de abrigo, ya que las temperaturas descienden mucho. Entre noviembre y marzo, las máximas no llegan a los 10 ºC y es normal que bajen de 0 por las noches. Esto también significa que nieva, sobre todo en diciembre y enero, por lo que te vendrá bien traer calzado y ropa adecuados.

La colina de Wavel y su castillo

Aquí hay tanto que ver que te faltarán las horas. En el complejo del castillo, a orillas del Vístula, podrás visitar el elegante Palacio Real, la catedral, el museo de Juan Pablo II ¡e incluso la cueva de un dragón!

La plaza del mercado y el barrio de Kazimierz

Aquí siempre hay un ambiente animado y es la plaza medieval más grande de Europa, con un montón de edificios y palacios de colores. A pocos minutos, tienes el barrio judío, Kazimierz, conocido por sus sinagogas y su legado judío, y también porque es una de las zonas con más actividad para salir de fiesta.

Los bares de leche

Si ves algún local con el letrero de bar mleczny, da por seguro que te prepararán una auténtica comida casera. El origen de estos sitios se remonta a la época comunista, en la que se servían platos de lácteos y verduras a precios económicos. Siguen siendo muy baratos, pero ahora la carta es más amplia y suele ser la mejor forma de degustar los platos típicos del país, como los pierogi, de la forma más tradicional.