Alquileres vacacionales en Logroño

¡Logroño está de moda! Cada vez aparece en más listas de viajeros y foodies de todos los rincones del mundo, y no nos sorprende: es una ciudad acogedora, muy agradable para pasar unos días y con un montón de actividades esperándote. Además, es el sitio ideal para iniciarte en el mundo del vino, que es casi como una religión en La Rioja. No lo pienses más. Logroño está llamándote a voces para que la descubras porque, una vez que caigas en las redes de su casco viejo y te enganches con su gente, no querrás marcharte. Y cuando tengas que irte, ¡seguro que te llevas unas cuantas botellas de tinto contigo!

En Logroño, el tiempo puede cambiar considerablemente según la estación del año, con mucho calor en verano, frío en invierno, y temperaturas medias con lluvia en primavera y otoño. En julio y agosto el termómetro sube por encima de los 35 grados y en enero llega a bajar de los 0. Así que mejor no prescindas del aire acondicionado en tu alojamiento en los meses de más calor, y no te olvides de los guantes, la bufanda y un buen abrigo en invierno. Aunque a la ciudad le sienta bien cualquier estación, los alrededores son especialmente bonitos en otoño, cuando las hojas de las vides en el campo se tiñen de rojo y las temperaturas son suaves.

La calle Laurel y la calle San Juan

Son dos de las mejores calles de vinos y pinchos de toda España, abarrotadas durante los fines de semana con logroñeses que salen de bar en bar a tomarse algo. ¡Haz lo mismo que ellos y disfruta de tantos pinchos y vinos como puedas probar! Algunos son auténticas instituciones y el ambiente que se respira es de lo más representativo de la ciudad. Aunque no te guste el vino, lo vas a pasar genial.

El casco antiguo y la calle Ruavieja

Son muchos los sitios que te llamarán la atención de Logroño, como la concatedral, la plaza del Mercado o la calle Portales. Pero si hay algo especial en esta parte de la ciudad es la calle Ruavieja. En esta vía adoquinada es donde se encontraban los calados, que son las bodegas que había en las partes bajas de las casas. Como curiosidad, en el siglo XVI se llegó a prohibir el paso de carruajes por esta calle, ya que podían afectar al descanso de los caldos. ¡Así de importante es el vino en Logroño!

Las bodegas

La industria vinícola es una de las más importantes de La Rioja, y la Denominación de Origen Calificada Rioja de sus vinos le da renombre mundial. Por eso no puedes pasar unos días en Logroño sin visitar alguna de las bodegas de la zona. Las encontrarás grandes y tradicionales, que siguen produciendo vino como antaño, o más modernas e independientes. En todas aprenderás un poco más sobre su elaboración y, si te interesa el tema, hacer alguna actividad de cata o maridaje.