Alquileres para vacaciones en Los Llanos

¿Te imaginas despertar en un pequeño pueblo de la Isla Bonita donde siempre es verano y el olor a mar asoma en cada esquina? En Los Llanos de Aridane lo tienen por costumbre. Este municipio de La Palma, con sus casitas coloridas de aire colonial, es como un pedacito de historia sobre tierras volcánicas, y el mejor punto de partida para explorar la isla y recorrer sus barrancos y frondosos bosques, explorar los volcanes de Cumbre Vieja y la Caldera del Taburiente, relajarte en sus playas de arena negra, coronar el Roque de los Muchachos y admirar las estrellas bajo uno de los cielos nocturnos más limpios del mundo. Seguro que una pequeña escapada allí te hará recargar bien las pilas. ¿A qué estás esperando?

El tiempo en las islas Canarias es muy agradable en cualquier temporada y Los Llanos de Aridane no son una excepción. Aquí, las temperaturas rondan entre los 15 y los 23 ºC de media todo el año, y apenas notarás la diferencia entre el verano y el invierno, salvo por las lluvias, mucho más abundantes en los periodos más fríos y en las zonas montañosas. Las temperaturas pueden caer bastante en los puntos más elevados de la isla, así que tenlo en cuenta si vas a aventurarte a explorarla. También puede que te sorprenda un fenómeno meteorológico muy propio de las Canarias: la panza de burro, un particular mar de nubes que se acumula en las laderas de las montañas.

La plaza de España

Es donde se ve el día a día de Los Llanos. Aquí está el ayuntamiento y hay una zona peatonal perfecta para pasear tranquilamente bajo sus laureles de Indias centenarios. El mercado municipal está muy cerca y a lo mejor allí encuentras queso palmero ahumado. ¡Ese queso vale oro! Aprovecha también para pedirte unas tapas en sus bares, y que no les falte su mojo verde ni su escaldón de gofio.

Cueva de las Palomas

Este tubo volcánico, de casi medio kilómetro de largo, se formó a mediados del siglo XX tras la erupción del volcán San Juan. No hace falta que seas ningún experto en espeleología para recorrer sus misteriosas galerías subterráneas. Eso sí, ¡acuérdate de reservar la visita guiada!

La playa de Charco Verde

No es tan conocida como la de Puerto Naos, pero merece la pena porque es un arenal muy limpio y tranquilo. Además, hay una fuente con aguas termales que tienen fama centenaria por sus propiedades medicinales.