Alquileres vacacionales en Soto de la Marina

Soto de la Marina es un paraíso natural cercano a Santander que muchos santanderinos eligen como su residencia. Sus playas atraen cada verano a un montón de cántabros y viajeros nacionales que acuden aquí en busca de un clima cálido y agradable, y de unos días de relax. Apúntate las playas de San Juan de la Canal y la de Covachos, un singular islote que en bajamar conecta con tierra y el resto del tiempo ofrece un lugar alejado de todo en el que disfrutar de un baño casi a solas. Y para cuando te canses de tanto sol, hazte una ruta por los sinuosos senderos del Parque Geológico de Costa Quebrada, ¡una maravilla de la geología!

Soto de la Marina tiene un clima cantábrico bastante húmedo, con temperaturas más suaves que las de las zonas de interior. En cualquier caso, si la visitas en invierno, ten en cuenta que el ambiente será bastante fresco (una media de 10 grados) y que es muy probable que te llueva. En cambio, es un destino ideal si detestas el calor pegajoso y sofocante. Incluso en pleno julio o agosto, es raro que haya más de 20 grados, lo que se traduce en «echar una rebequita por si refresca» y taparte con una sábana por la noche, ¡un verdadero gustazo!

La isla de Castro

Si tienes sangre aventurera, aprovecha cuando la marea esté baja en la playa de Covachos para caminar por la lengua de arena que une el litoral con este islote de apenas una hectárea de extensión, y presume de bañarte en una isla virgen, ¡en pleno Cantábrico!

Santander

No puedes dejar de darte un garbeo por la ciudad señorial cántabra por excelencia. De hecho, muchos la llaman «la Castilla del norte». Descubre los motivos por ti mismo. Eso sí, prepara tu mejor look, porque los modelitos de los santanderinos son cosa fina…

Los molinos de Santa Cruz de Bezana

Todo el municipio de Santa Cruz de Bezana está vertebrado por arroyos que nacen, en su mayoría, en el interior, y acaban desembocando en el mar. La energía de esas aguas la utilizaban antiguamente los molinos, unas bonitas construcciones de piedra con cuyos restos aún te toparás si sigues los arroyos, especialmente el Otero, que pasa por Soto de la Marina. ¡A ver cuántos molinos eres capaz de encontrar!