Alquileres vacacionales en Triana, Sevilla

Visitar Triana es viajar a la cuna del flamenco. Y es que este barrio de Sevilla, a la vera del río Guadalquivir, derrocha arte por todos sus rincones e invita a adentrarse en sus tablaos para sentir su baile y su cante. Disfrutar de un día soleado paseando por el puente de Triana y la plaza del Altozano, fotografiar la Capilla del Carmen, explorar el mercado de abastos, descubrir las ruinas del Castillo de San Jorge y pasear entre talleres de cerámica por la calle Alfarería son otras de las muchas cosas que te enamorarán de esta pequeña ciudad dentro de otra ciudad. Y, cuando te entre el hambre, pídete una tapa de jamón ibérico, una ración de pescadito frito o su bocadillo más famoso, ¡el «serranito»!

El mejor momento para visitar Sevilla y perderte por las calles de Triana es la primavera o el otoño, ya que hace calor, pero no es sofocante como en verano. En primavera, disfrutarás de un tiempo ideal para ir de tapeo por sus terrazas y embriargarte del olor a azahar que dejan los naranjos que adornan toda la ciudad. Si vienes en verano, procura visitar sus calles a primera o a última hora del día, cuando cae el sol, ya que las temperaturas en julio y agosto superan los 40 ºC. El invierno también es una buena época para explorar Sevilla, ya que las temperaturas son muy suaves y te permiten recorrer sus calles con abrigo y casi sin necesitar una bufanda.

El puente de Triana

El puente de hierro de Triana, que une el barrio con el centro histórico de la ciudad sobre el Guadalquivir, es todo un símbolo de Sevilla y, bajo la luz de las farolas, casi recuerda a un puente parisino. Probablemente habrás oído hablar de las multitudinarias procesiones sevillanas de Semana Santa. Pues bien, a veces, reúnen a tanta gente que, cuando atraviesan el puente, ¡no cabe un alfiler!

Calle Betis

La calle Betis, llena de bares, restaurantes y locales nocturnos, es una de las zonas más animadas para salir por Triana. Si paseas frente a sus casitas de colores junto al río, tendrás algunas de las vistas más bonitas de la ciudad, con el muelle de la Sal, la Torre del Oro y la punta de la Giralda de fondo. Además, ¡seguro que verás montones de kayaks y barquitos navegando por el Guadalquivir!

Iglesia de Santa Ana

La iglesia de Santa Ana, con más de 800 años de historia, es el templo más antiguo de Sevilla. Los trianeros la conocen como la «Señá». Su entrada colorida, los retablos de cerámica y las demás obras de arte que encontrarás en su interior te dejarán con la boca abierta.