Alquileres vacacionales en Cádiz

¿Quién no ha soñado alguna vez con unas vacaciones en Cádiz? Es uno de esos sitios especiales que visitas con la excusa de pasar unos días frente al mar y a los que no dejas de volver porque engancha. En tan solo un par de horas por aquí te habrás enamorado de tal manera que igual quieres hasta quedarte a vivir. Gracias al carácter de su gente, a la excelente gastronomía, al ambiente tan divertido que se vive en sus calles y al clima que permite pasear por la playa de La Caleta durante casi todo el año, puede que tú también quieras ser gaditano en tu próxima vida.

En general, el tiempo en Cádiz es bastante agradable. Es una de las ciudades españolas con más horas de sol al año y esto influye en su temperatura. En invierno no suele hacer mucho frío y, aunque la humedad del mar afecta a la sensación térmica, el termómetro no suele bajar de los 12 grados. En verano el calor aprieta más, pero sin llegar a los extremos de otras zonas del interior de Andalucía. En julio y en agosto, la media ronda los 25 grados.

¡Pero no te confíes con la lluvia! En noviembre y diciembre cae bastante agua, y no deja de hacerlo hasta que termina la primavera. Esto no quiere decir que haga frío, pero sí que tendrás que echar un paraguas en la mochila.

El casco antiguo

El casco histórico de Cádiz es uno de los más bonitos de toda España. Recorres sus calles sin mapa, asómbrate con el estilo colonial de los edificios y sube a alguna azotea porque las vistas desde las alturas te dejarán sin aliento. Y para terminar el recorrido, o si quieres recargar las pilas, tómate unas tapas y una cerveza en alguna de sus tabernas más populares.

El oratorio de la Santa Cueva

Si no eres de Cádiz, no te sonará, pero los gaditanos sí que saben que esta capilla es una de sus joyas ocultas. Si te gusta el arte, no te la puedes perder porque dentro hay tres lienzos de Goya, y eso no se ve todos los días.

Una escapada a la sierra de Cádiz

Porque no todo en Cádiz es costa y mar, acércate al interior y recorre los pueblos blancos; una de las rutas más bonitas que puedes hacer en toda España. El primero, que te dejará la boca abierta, es Arcos de la frontera. A partir de ahí, tú decides según el tiempo que tengas y lo que te apetezca, pero Setenil de las Bodegas, Grazalema o Zahara de la Sierra también merecen mucho la pena.