Alquileres vacacionales en Garrotxa

La Garrotxa es la región más verde de Girona, en Cataluña. Famosa por sus volcanes ya extintos, está sembrada de pueblecitos medievales, como Besalú o Santa Pau, que te transportarán a tiempos de caballeros y princesas y donde podrás pasar unas vacaciones de lo más tranquilas. Aunque, si prefieres la arquitectura modernista, la zona también esconde joyas como la casa Solà, en Olot.

Atrévete a experimentar la infinidad de actividades al aire libre que puedes hacer aquí: escalada, barranquismo, trekking, senderismo... O simplemente aprovecha para relajarte y probar la gastronomía de la zona que es famosa por mezclar tradición y vanguardia. Y si te atreves, ¡haz ese vuelo en globo con el que tanto has soñado!

En La Garrotxa el clima es el típico mediterráneo de montaña media. Está muy cerca de los Pirineos, así que los veranos suelen ser cortos y frescos. La temperatura media ronda los 30 °C, ideal para no pasar mucho calor. Los inviernos, por el contrario, son largos, secos, muy fríos y con cielos nublados. Las medias rondan los 6 °C, aunque el termómetro llega a los 0 ºC e incluso baja hasta los -4 ºC en algunas ocasiones.

Este clima es perfecto para perderte en la naturaleza de la zona, aunque debes tener en cuenta que llueve todo el año, así que es recomendable elegir la ropa adecuada y quizás necesites un chubasquero.

El parque natural de la zona volcánica de la Garrotxa

Es una de las atracciones más sorprendentes de la zona, con 40 conos volcánicos inactivos. Es una zona protegida, y lo mejor es conocerla en alguna de las 28 rutas disponibles que a menudo conectan con la red de senderos «Itinerànnia». Y si te gustan las vistas panorámicas, acércate al mirador del Puig Rodó. ¡El paisaje es impresionante!

Santa Pau y Besalú

No puedes visitar La Garrotxa y marcharte sin ver estos estos pueblos medievales. ¡Eso sí, procura planificarte para ir entre semana y evitar multitudes! Pasea por las calles empedradas de Santa Pau hasta la plaza mayor, hazte una foto en los arcos desiguales y aprovecha para probar los «fesols», las judías de la tierra. Luego sigue tu camino hasta Besalú, con su puente medieval. Deja el mapa y guíate por tu instinto: el pueblo está lleno de rincones por los que merece la pena perderse.

Un día en la Fageda d’en Jordà

Puede que este hayedo sea el sitio más mágico de La Garrotxa. Es curioso encontrar un bosque así a menos de 1000 metros de altura, pero este ha crecido en las coladas del volcán Croscat, que está muy cerca. Lo mejor es visitarlo en otoño, cuando de verdad te parecerá que estás en un bosque encantado.