Alquileres para vacaciones en Costa Daurada

Aunque nunca hayas estado, todos tenemos una imagen de la Costa Dorada en la cabeza: una playa infinita de arena bañada por los rayos del sol mediterráneo. Pero la arena es solo el principio. Aquí encontrarás un gran contraste entre ciudades modernistas, como Reus, y otras con construcciones romanas, como Tarragona. Las viñas se extienden hasta el horizonte y, en las montañas, hay pueblos de interior llenos de encanto y tradición. ¿Te vas a quedar solo con la arena? Desde los arrozales del Delta del Ebro o las mágicas calas de Torredembarra hasta la intensidad de Salou, ¡no echarás nada en falta! Bueno, sí, días. Relájate en la playa, vive los pueblos del interior como un habitante más o, simplemente, párate a descansar. ¡Te damos la bienvenida a la Costa Daurada!

La Costa Daurada tiene el típico clima mediterráneo de veranos cálidos y secos e inviernos suaves. Las temperaturas medias del invierno se sitúan en unos agradables 14 grados y las del verano superan los 22 de media (aunque en las zonas más cálidas están más cerca de los 30). Ten en cuenta que si vas a ir a las montañas, como las sierras de Prades o el Priorat, las temperaturas son bastante inferiores todo el año. En cambio, en la costa, son siempre más estables. Las precipitaciones son escasas y se concentran en la primavera y el otoño. Pero no descartes el clásico chaparrón veraniego, ¡aunque también tiene su encanto!

El Delta del Ebro

Nos vamos de ruta al sur de la Costa Dorada, pero te parecerá estar en otro lugar completamente diferente. Y es que aquí los paisajes son únicos y combinan desiertos, playas vírgenes y arrozales, todo en el mismo lugar. Además, si te gustan los pájaros, aquí puedes encontrar hasta 300 tipos de aves, entre las que destacan los grandes flamencos. Ah, y no te puedes marchar sin comerte un arroz al más puro estilo mediterráneo. ¡Un día redondo!

Ruta por el interior en L’Alt Camp

En una zona tan vinícola como esta, no te puedes marchar sin visitar uno de sus cellers. En el pueblo de Nulles hay algunos modernistas, que, además de bonitos, son un regalo para el paladar. Después, sal del pueblo por el camino de Casafort y dirígete a Santes Creus, donde puedes visitar el monasterio y luego subir hasta Montferri para disfrutar del atardecer.

Calas mágicas en la Ametlla y Torredembarra

No puede faltar un día de playa. Hay muchísimas, pero te recomendamos dos calas llenas de magia. La primera, en la zona de l'Ametlla de Mar, es la cala de Santes Creus, de pequeñas piedras blancas y con un agua cristalina. La segunda, cerca de Torredembarra, es la cala Waikiki, que parece más el caribe que el Mediterráneo.