Descubre cómo ayudó el programa Alojamientos para la crisis del coronavirus a 3 enfermeras

Estas profesionales sanitarias tuvieron un lugar donde dormir gracias a anfitriones en Airbnb. ¿A que es inspirador?
Publicado por Airbnb el 7 de jul. de 2020
Vídeo de 5 min.
Última actualización: 24 de ago. de 2023

Lo más destacable

  • El programa Alojamientos para la crisis del coronavirus ofrece espacios a los profesionales que luchan contra la pandemia y que podrían tener problemas para encontrar un lugar en el que hospedarse.

  • Una enfermera que trabaja en Italia asegura que el alojamiento que encontró fue «un refugio» que le permitía recargar las pilas.

  • Una enfermera de Misisipi que viajaba por trabajo agradeció contactar con su anfitrión mientras se encontraba en Míchigan.

Open Homes es ahora Airbnb.org

Open Homes y el programa Alojamientos para la crisis del coronavirus se han convertido en Airbnb.org, una nueva organización sin ánimo de lucro según la legislación estadounidense. Gracias por ayudarnos a crear la comunidad de Open Homes. Nos encanta tenerte a nuestro lado en esta nueva etapa.

A través de nuestro programa Alojamientos para la crisis del coronavirus, muchos anfitriones están ofreciendo sus espacios al personal médico y de emergencias que ayuda a combatir la propagación de la COVID-19. Conoce la historia inspiradora de tres profesionales que han trabajado en primera línea de la crisis y que encontraron alojamientos en los que vivir mientras llevaban a cabo una labor fundamental.

Un alojamiento donde relajarse mientras trabaja en Roma

Chiara trabaja como enfermera en Italia y se trasladó a Roma durante el pico de la pandemia que azotó al país. Al llegar, le sorprendió verla prácticamente vacía. Cuando la había visitado en otras ocasiones, era un lugar caótico y lleno de vida, pero esta vez era una ciudad fantasma.

Sin embargo, ella no había ido a hacer turismo, sino a desempeñar una labor fundamental: tratar a pacientes con la COVID-19 en un hospital.

Nunca había trabajado en nada parecido y las largas jornadas laborales acabaron pasándole factura a su mente. Le preocupaba la posibilidad de contagiarse y, al mismo tiempo, cuidar de los pacientes y actuar como mediadora entre ellos y sus familiares le suponía un gran desgaste emocional.

Después de las largas jornadas de trabajo, Chiara necesitaba un alojamiento en el que relajarse y lo encontró a través de nuestra plataforma. «La iniciativa de Airbnb no solo me ha ayudado a mí, sino también a muchos otros profesionales que luchan contra la pandemia», asegura Chiara. «Tener una vivienda en este momento es contar con un refugio, un lugar al que puedo volver después de un duro día de trabajo».

Vuelve a casa, respira y recarga las pilas para regresar con más fuerza al día siguiente. «Animo a las personas que están pensando en abrir las puertas de sus espacios a los profesionales sanitarios a hacerlo. Os necesitamos. Tener acceso a un alojamiento es crucial para nosotros».

Un lugar tranquilo donde aislarse en Canadá

Ji vive en Columbia Británica, Canadá, con sus padres de edad avanzada, que la ayudan a cuidar de su hija. Ha pasado muchas noches en vela buscando opciones de alojamiento asequibles para aislarse de su familia. Era una decisión difícil, pero sabía que era lo que debía hacer.

Ji señala que, aunque los trabajadores sanitarios tienen la obligación profesional de cuidar a sus pacientes, «las familias no tienen por qué exponerse a un riesgo innecesario». Además de llevar a cabo una tarea complicada en el hospital, estaba preocupada porque no sabía cómo mantener la distancia con su familia para evitar que se contagiaran, especialmente su padre, que padece inmunodepresión. La mejor opción era mudarse a otra vivienda.

Cada vez estaba más desesperada y se estaba planteando vivir en el coche cuando descubrió el programa de Airbnb. Poco después de verificar que trabajaba como enfermera en primera línea de la crisis, encontró un alojamiento en la plataforma donde podría sentirse como en casa. El espacio se encontraba a poca distancia del hospital y su anfitrión se ofreció a ayudarla a cualquier hora del día si era necesario.

«No hay palabras para agradecerle que me invitara a vivir en su maravillosa casa, que está perfectamente equipada y es segura y tranquila», asegura Ji. «Aquí puedo descansar bien y siento que estoy haciendo lo correcto para proteger a mis seres queridos e ir al trabajo con una actitud positiva».

Un hogar lejos de casa en Míchigan

Brandi es terapeuta ocupacional en Misisipi. Antes de la pandemia, se dedicaba a ayudar a los pacientes a alcanzar la independencia funcional mientras se recuperaban de un traumatismo, un trastorno neurológico o enfermedad crónica.

Ahora su trabajo consiste en ayudar a pacientes que se encuentran en esas mismas situaciones y que también han contraído la COVID-19, por lo que corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones. Los ayuda a mejorar la movilidad durante las primeras etapas y a recuperarse. Además, gracias a sus conocimientos, también tiene que viajar para atender a más pacientes.

Brandi, terapeuta ocupacional en Misisipi.

Cuando tuvo que desplazarse a Míchigan por trabajo, empezó a buscar un alojamiento, pero había oído que los sanitarios estaban teniendo problemas para encontrar vivienda por su labor combatiendo la pandemia. El programa Alojamientos para la crisis del coronavirus le permitió contactar rápidamente con su anfitrión, John, que le ofreció «un espacio limpio y seguro».

Brandi anima a los demás profesionales sanitarios a utilizar el programa, porque «hay muchas opciones cerca de los centros médicos... y los anfitriones os recibirán con los brazos abiertos».

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Lo más destacable

  • El programa Alojamientos para la crisis del coronavirus ofrece espacios a los profesionales que luchan contra la pandemia y que podrían tener problemas para encontrar un lugar en el que hospedarse.

  • Una enfermera que trabaja en Italia asegura que el alojamiento que encontró fue «un refugio» que le permitía recargar las pilas.

  • Una enfermera de Misisipi que viajaba por trabajo agradeció contactar con su anfitrión mientras se encontraba en Míchigan.

Airbnb
7 de jul. de 2020
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