Alquileres para vacaciones en Lanzarote

Si quieres un destino vacacional con un toque diferente, Lanzarote es tu sitio. Porque, a pesar de estar en las Islas Canarias, tan famosas por sus playas, la naturaleza de la isla parece de otro planeta. Esto se debe al origen volcánico de sus tierras y a lo peculiar de su geografía y orografía. Todo esto le da un aire especial a la isla, algo que se percibe a través de su gente, sus costumbres y su gastronomía. Y sí, ¡aquí sigue habiendo sol y playa!

El clima en Lanzarote es cálido, con temperaturas medias bastante altas durante todo el año. El mes más caluroso es agosto y el más frío es enero, pero los termómetros medios en este mes rondan los 17 grados, por lo que la sensación térmica es casi veraniega incluso en Año Nuevo. Que los inviernos sean cálidos no implica que los veranos sean asfixiantes; no suelen superar los 30 grados de media, por lo que incluso en los meses estivales se puede disfrutar al aire libre cómodamente y no resulta imprescindible el aire acondicionado. A lo que sí debes prestar atención es al viento, bastante intenso y frecuente, hasta el punto de poder incomodar en algunos momentos.

El parque del Timanfaya

El parque nacional del Timanfaya es uno de los lugares más emblemáticos del archipiélago canario. Tiene zonas que parecen de otro planeta, formadas tras las últimas erupciones volcánicas en la isla, entre los siglos XVIII y XIX. Aquí comprobarás que en la isla sigue habiendo actividad volcánica, y también podrás darte un paseo en camello.

Jameos del agua

Este rincón natural es otro de los lugares únicos de Lanzarote. Se trata de un tubo volcánico donde se filtraron aguas marinas para conformar un lago y unos espacios que parecen producto de la imaginación del artista más creativo. En parte, es así, porque fue César Manrique quien convirtió este sitio en lo que hoy conocemos y podemos disfrutar.

El volcán El cuervo

Lanzarote recibe popularmente el nombre de la isla de los volcanes, así que no se puede viajar allí y dejar de visitar uno de los más representativos. El camino hasta llegar a su cráter es muy accesible, y su interior ofrece escenarios asombrosos, capaces de hipnotizar al más incrédulo.